Psicología legal

En su calidad de psicólogos profesionales colegiados o registrados, a los psicólogos forenses se les suele pedir que presenten informes sobre determinadas personas para los procedimientos judiciales. Por ejemplo, en un contexto jurídico, una evaluación forense puede utilizarse para ayudar al tribunal a tomar una decisión apropiada en relación con asuntos familiares, civiles o penales. Se puede llamar a un psicólogo forense para que aporte pruebas periciales sobre la exactitud de la memoria de los testigos oculares, o la mentira de una confesión falsa, o la fiabilidad de los niños como testigos cuando se les somete a ciertos procedimientos de interrogatorio.

La evaluación del cliente proporcionada por el psicólogo forense a menudo implicará la caracterización de la relación entre los factores psicológicos y los factores jurídicos.

Toda recomendación que se formule (por ejemplo, con respecto a la rehabilitación) debe ser jurídicamente sólida y práctica.
Los psicólogos forenses deben poder defender sus conclusiones.

En las investigaciones también se ha considerado el efecto de determinados tipos de delito. Por ejemplo, ¿pueden los testigos de un delito violento ser tan precisos como los testigos de un delito no violento? Los estudios experimentales controlados, típicamente durante los cuales los testigos ven delitos grabados en vídeo de diversos grados de violencia, sugieren que la violencia tiene como resultado una menor precisión de los testigos. Pero los estudios de campo de los testigos de la vida real sugieren que aquellos que están expuestos a eventos altamente violentos pueden dar un testimonio muy preciso. De hecho, las víctimas adultas de violación suelen dar un relato razonablemente exacto de esta experiencia personal extrema de violencia.

Una posible explicación de esta aparente contradicción es que, en una situación estresante como la de un delito violento, la atención de un testigo puede limitarse a los detalles centrales (más que a los periféricos) del incidente. La teoría es que el despliegue de la atención se estrecha a los detalles centrales del acontecimiento, como las acciones del delincuente, produciendo así una memoria menos fiable para los detalles periféricos, como el color de la camisa que llevaba el delincuente. Cuando el detalle central es un arma que pone en peligro la vida, los testigos pueden prestar mucha más atención al arma, excluyendo otros detalles. Este fenómeno se conoce como “foco del arma”.

Es vital comprender el impacto en la memoria de los testigos de hechos como el tipo de delito. Lo que se codifica durante la adquisición es fundamental porque constituye la base de lo que se almacena en la memoria y que finalmente se recupera al prestar testimonio.