Es importante, a la hora de evaluar a un menor en un contexto forense (en aras de asesorar sobre el tipo de Guarda y Custodia más beneficiosa para el mismo), poner especial atención para detectar las posibles interferencias parentales surgidas de su discurso, en aras de identificar los rasgos característicos y poder recomendar distintos métodos de intervención.
En un proceso de divorcio y de establecimiento de medidas judiciales respecto a la relación a mantener por cada uno de los progenitores con su hijo/hijos en común puede ocurrir que el menor se encuentre en medio de un conflicto que no le corresponde y “obligado”, en algunas ocasiones, a tomar partido por uno de los padres, pudiendo causarle sintomatología ansioso-depresiva reactiva a la situación familiar.
Es decir, en la mayoría de ocasiones en que nos encontramos ante un divorcio de tipo contencioso los hijos en común suelen posicionarse a favor de uno de los progenitores, extremo causado por alguno de los siguientes motivos:
Cabe destacar que dichas interferencias parentales no siempre se producen de manera consciente, también existen casos en que unos de los progenitores de manera inconsciente y desde una relación simbiótica y horizontal, totalmente disfuncional, hable de “tú a tú” (simetría de roles) con sus hijos respecto al divorcio, sus causas y sus consecuencias.
Se recomienda encarecidamente preservar adecuadamente a los menores del conflicto interparental (de los adultos), manteniéndolos al margen, y evitar así posicionarlos en el centro del conflicto, dado que no solo no les corresponde por edad ni por rol, habida cuenta que podría superar sus recursos adaptativos.
Se puede afirmar que los progenitores son los responsables de propiciar y garantizar la efectividad de los derechos y deberes establecidos entre padres e hijos, para poder impulsarlos a mantener unas adecuadas relaciones paterno- filiales, las cuales son necesarias para el correcto desarrollo psicoevolutivo y de su ulterior personalidad. Por tanto, el adulto debe tomar consciencia de su compromiso como padre/madre y del daño que dichas conductas disfuncionales, ya sean inconscientes o intencionadas, podrían estar ocasionando en sus hijos.
Por tanto, y a modo de conclusión, es importante que el psicólogo sepa detectar dichas interferencias parentales, con el fin de informar tanto a los progenitores como en sede judicial (caso de emitirse un informe pericial) en aras de solucionar dichas controversias preservando a los menores del conflicto, siempre en interés superior de los hijos.